Descripción
Esta obra, realizada en acrílico como parte de la conmemoración del Jubileo 2025, es una pieza profundamente emotiva que fue presentada en una íntima exposición en el Vaticano. La pintura busca transmitir la fragilidad y la humanidad de Jesús en un momento de dolor y entrega total En el centro de la composición, se observa a María sosteniendo en sus brazos a su hijo, reflejando un amor inconmensurable que trasciende el sufrimiento.
La figura de María es un símbolo de fortaleza y devoción materna, aunque su semblante revela el peso de una pérdida devastadora: la muerte de aquel que fue el fruto de su vientre ya quien amó desde el instante de la concepción. La obra invita a una reflexión profunda sobre el sacrificio, el amor incondicional y la conexión espiritual que une a madre e hijo, mientras resalta la dimensión humana del sacrificio divino.
Presentada en el contexto de una celebración tan significativa como el Jubileo, la pintura se convierte en un llamado a la contemplación y la espiritualidad, recordándonos la importancia de la fe y la esperanza en medio del sufrimiento