Descripción
Los pueblos de la Sierra de Salamanca son especialmente pintorescos.
Cuando visité por primera vez la Alberca, en 1977, pasé de largo por este pueblo. Mi descubrimiento fue en 1985 y El turismo aún no había pasado por él. El éxito turístico ha beneficiado mucho a estos pueblos y ha favorecido la conservación de su arquitectura rural, pero a pesar de que las restauraciones se han atenido estrictamente a las normas urbanísticas, yo echo de menos su aspecto y su fuerte carácter. Todo el pequeño caserío olía a establo y en las estrechas y empinadas callejuelas, entre casas de piedra y adobe semiruinosas llenas de polvo y telarañas, aparecían fachadas de cantería con portaladas blasonadas, reliquias de su pasado de pueblo señorial. La visita actual no defraudará a nadie, muy bien conservado, todo muy limpio, casi impoluto y quienes lo hemos conocido originalmente, notamos demasiado las restauraciones y su color de piedra nueva que las delatan. Entiendo que solo son nostalgias de pintor viejo…
Esta acuarela con su vejete que sube trabajosamente con su callado la empinada cuesta, la vendí en mi segunda exposición de acuarelas en la Caja de Ahorros de Ronda en Torre del mar en el verano de 1986. Sigue siendo tal vez, mi acuarela favorita.
Vendido en mi exposición en la Caja de Ahorros de Ronda en Torre del Mar en 1986
Detalles
- Categorías del cuadro Paisaje
- Superficie Papel
- Técnica Acuarela
- Alto (cm) 42
- Ancho (cm) 60